Tan larga como el tiempo en que una ponzoñosa lágrima cae sobre el frío suelo...
Tan larga como la canción que describe mil deseos...
Tan larga como el susurro de los árboles en la espesura...
Tan larga como el paseo de un alma errante que deambula por el oscuro bosque...
Tan larga como un sueño en la noche...
Abrió sus dañados ojos
que de dolor la quemaban,
demasiadas lágrimas dejó a su paso...
Pero la senda del bosque
encontró en su vago camino.
Sigue el sendero sin mirar atrás,
no teme lo que le deparará...
Un beso...